Decir que el “Arte no ha muerto” podría sonar a un oxímoron para muchos. 

Sin embargo, la verdad es que el arte se muestra exánime para miles de talentosos artistas plásticos y millones de potenciales amantes del arte en el mundo. 

La pregunta es y ha sido: ¿Cuál es el significado de Arte, Obra de Arte y Artista?

Para quienes creen en la coexistencia de las ciencias y las humanidades, una Obra de Arte es un objeto creado por la mano humana con la intención y la capacidad de provocar una reacción espontánea, primaria, personal e intransferible, experimentada en cerebro y cuerpo tanto del creador y como del observador de dicho objeto.

La experiencia de recompensa que experimenta el observador da el título de Obra de Arte al objeto y su creador tiene derecho de llamarse a sí mismo Artista Plástico. Ambos, el artista y el observador liberan dopamina y otros neurotransmisores en la corteza fronto-orbital y otras múltiples regiones en el cerebro que son recompensadas con placer que impacta positivamente el estado emocional.

Arte entonces es un evento, un hecho que ocurre, un fenómeno manifiesto. Solo existe si hay un observador dispuesto y sensible que responde.

Por ello la palabra arte parece adoptar características de verbo y no solo de sustantivo. Claro, esto no es aceptado y es imposible de conjugar, pero ahora podemos ver que la palabra arte expresa una acción o un proceso. A falta de otra cosa tendremos que apoyarnos en usar el controversial anglicismo “experienciar” o el acostumbrado verbo experimentar.  Experimentar el arte o Experienciar el arte.

Pero ¿realmente hay una privación ilegal de la libertad del arte? Como el arte es un ente indefinido y sin personalidad legal nos conformamos con desaparición forzada inmoral del arte.

El secuestro del arte en el mundo ha ocurrido por la creación intencional es escasez. Los beneficiarios son grupos especulativos que incluyen ferias de arte elitistas, mercados en línea operados con algoritmos, galerías sin escrúpulos e influencers en la internet, que solo obtienen ganancias si logran que solo el 1% de la población lo pueda comprar. Todos ellos son la versión moderna en el arte de la guardia pretoriana romana, solo que, en lugar de quitar y poner emperadores, deciden cuál arte es bueno y cuál debe ser eliminado y mantienen una escasez artificial para que la oferta de “buen” arte sea menor que la demanda. 

El asunto es, que lo que ellos etiquetan como “buen” arte no lo es para la mayoría. Promueven excentricidades de individuos sin talento que solo buscan escandalizar o cuando menos desconcertar y es irrelevante porque es visto y poseído por una minúscula cantidad de personas en el mundo. El daño va más allá porque tienen mecanismos para confundir y manipular los valores estéticos de la mayoría, convenciéndonos además de que no somos suficientemente cultos ni sofisticados para saber de buen arte.

El arte es bueno para todos. No solo para los ricos. Billones de vidas humanas se beneficiarían al rodearse de arte. Necesitamos arte en los hogares, escuelas y hospitales más que en museos y galerías excluyentes.

Tus preferencias estéticas no deben ser dictadas por nadie más que tú mismo. Cuando rodeas tu vida con arte que sientes, abres tu mente y cuerpo a una vida mejor. Esto no es una frase motivacional barata, es una conclusión científico-médica demostrada.

Hoy muchos artistas en todo el mundo ofrecen su arte en sus propias galerías online. Navega y compra arte directo del artista. Es la mejor experiencia.